jueves, 26 de marzo de 2009

Los Jetsons leían leerán e-papel

Avanzamos. La realidad que vivimos evoluciona día a día renovando conceptos que creíamos inviolables. Aspectos tan cotidianos como bajar los domingos a comprar el pan y el periódico, son imágenes que en breve quedarán en el recuerdo. Y no porque una catástrofe natural acabe con todas las plantaciones de trigo, sino porque el otro elemento del tándem dominical está apurando sus últimos coletazos de vida.

Sin embargo tampoco hay que hacer saltar las alarmas. No se sabe con certeza cuánto tiempo le queda al periódico en papel, lo único seguro es que el e-papel ya se ha convertido en algo tangible y concreto. Todavía desprende ese tufillo a novedad con futuro incierto, y muchos dicen que sigue siendo incómodo leer en pantalla, pero lo cierto es que si hasta el cine se ha permitido fantasear con su existencia, en breve pasará a formar parte de nuestra rutina.


Foto by misterbisson

El fin apocalíptico de la prensa tradicional, en su formato papel, es algo que todavía no se ve con nitidez, pero se intuye. Hasta los escépticos, a quienes se reserva el rol de cuestionar todo lo nuevo, ya deberían ser conscientes de que el ritmo frenético que se está llevando por delante numerosas cabeceras, y poniendo contra las cuerdas a las que aguantan el tirón como pueden, es una poderosa razón para creer que hemos llegado al punto de partida de una nueva era.

Mientras tanto, la integración de redacciones trae consigo inevitables recortes de personal por la crisis, camuflados en un intento de unir a dos perfiles antagónicos. Bien sea porque son somos nativos digitales, o porque simplemente vemos en los nuevos medios, y todas las herramientas que se desarrollan paralelamente, una oportunidad de crear, de probar, de investigar nuevas formas de hacer periodismo y no una obligación incómoda, impuesta por la constante renovación de las tecnologías.

Son, en definitiva,
nuevas maneras de entender y proporcionar la información sin ningún límite físico, excepto las normas básicas de la profesión para garantizar los principios del buen periodismo.

Y ahora es cuando me pongo a divagar, imaginando un gadget tataranieto del e
-papel, que informará a los Jetsons la familia del futuro de todo cuanto ocurra en el mundo, simplemente con pulsar, clickar, parpadear, o cualquier movimiento que no requiera ningún tipo de esfuerzo más grande que respirar.

Viva la tecnología.

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