Sin embargo tampoco hay que hacer saltar las alarmas. No se sabe con certeza cuánto tiempo le queda al periódico en papel, lo único seguro es que el e-papel ya se ha convertido en algo tangible y concreto. Todavía desprende ese tufillo a novedad con futuro incierto, y muchos dicen que sigue siendo incómodo leer en pantalla, pero lo cierto es que si hasta el cine se ha permitido fantasear con su existencia, en breve pasará a formar parte de nuestra rutina.
Foto by misterbisson
El fin apocalíptico de la prensa tradicional, en su formato papel, es algo que todavía no se ve con nitidez, pero se intuye. Hasta los escépticos, a quienes se reserva el rol de cuestionar todo lo nuevo, ya deberían ser conscientes de que el ritmo frenético que se está llevando por delante numerosas cabeceras, y poniendo contra las cuerdas a las que aguantan el tirón como pueden, es una poderosa razón para creer que hemos llegado al punto de partida de una nueva era.
Mientras tanto, la integración de redacciones trae consigo inevitables recortes de personal por la crisis, camuflados en un intento de unir a dos perfiles antagónicos. Bien sea porque
Son, en definitiva, nuevas maneras de entender y proporcionar la información sin ningún límite físico, excepto las normas básicas de la profesión para garantizar los principios del buen periodismo.
Y ahora es cuando me pongo a divagar, imaginando un gadget tataranieto del e-papel, que informará a