lunes, 10 de diciembre de 2007

Todos somos e-comunicadores

Aviso a navegantes: una vez leído y releído el texto sobre los 10 Paradigmas de la E-comunicación de Jose Luis Orihuela, allá va lo que mi neurona ha logrado entender.


Esta era en la que teclear es casi más importante que escribir, se han desarrollado una serie de cambios en los que es evidente la digitalización de los medios de comunicación.

Sin embargo, la verdadera revolución es que el usuario se ha convertido en el eje del proceso comunicativo. Gracias a los servicios de información on-line, cada persona puede tener su infromación a la carta, con una clara intención de diferenciarse de la masa. Esta especialización del ususario requiere una mayor atención por parte del medio en el contenido que ofrece al público, y aquí es donde entran todos los formatos y soportes de información disponibles para abastecer la gran demanda.

Otra de las ventajas que ofrece la red es la total inmediatez. Gran ventaja pero a la vez incoveniente, porque muchas veces se dejan de lado funciones tan importantes como la contrastación y verificación de las noticias antes de publicarlas.


El fácil acceso a la red provoca que cualquier persona que tenga una conexión a internet se lance a "informar". Por lo que los límites desaparecen llevándose consigo una de las principales funciones de los profesionales de los medios: ser intermediario entre la fuente y el público. Aún así, todo contribuye a que aumente esa sensación permanente de reciprocidad entre emisor y receptor. O lo que es lo mismo, la
interactividad.

Por último, añadir que toda esta digitalización del sector ha influido incluso en la forma de transmitir información, dejando pasar a la escena comunicativa al hipertexto, herramienta que sirve de apoyo al texto original, contextualizando al usuario para que tenga a su alcance el mayor número de fuentes informativas posibles.

En resumen futuros plumillas en potencia, que o nos ponemos las pilas, o lo tenemos negro... muy negro.

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